Competir contra uno mismo en el ciclismo

Competir contra uno mismo en el ciclismo

La bicicleta es nuestra fiel aliada, ya sea para usarla como método de transporte, como una de nuestras aficiones o dedicándonos a ella profesionalmente. Sin embargo, todas esas diferentes maneras de encajar la bicicleta en nuestra vida tienen un vínculo entre sí, competir contra uno mismo.

  Esa frase debería ser nuestra prioridad, una máxima imposible de olvidar. Si elegimos la bicicleta como estilo de vida, como método de transporte, sacaremos lo mejor de nosotros mismos. Llevaremos una vida más saludable, ayudaremos a reducir la contaminación y podremos servir de ejemplo a familiares y amigos para que cada vez más, la bicicleta cobre importancia y nos ayude a llevar una vida mejor. Sin darte cuenta, estarás creando una competición interna contigo mismo en la que cada día que pases usándola, irás siendo mejor, estarás más en forma, te sentirás mejor y le estarás haciendo un favor al planeta.

 

Si el hueco de la bicicleta ocupa un lugar mas amplio en tu vida, si tienes pasión por ella, si madrugas los fines de semana para salir a rodar solo o con tu grupeta… Entonces entenderás mejor aún el significado de competición. Todo el mundo sabe que nadie sale de “tranqui”, que rodar con amigos a veces es un calvario y que las aplicaciones de hoy en día nos encantan, pero también nos incitan a medirnos con los demás.

  Lo más importante es tener siempre claro que la competencia es con uno mismo, que al que hay que ganar a diario es a ese yo interno que todos tenemos y de vez en cuando nos pone obstáculos. Trabas si hace frío, si llueve, si toca día de viento de esos que no gustan ni al más purista o incluso trabas por sentirte peor que tus compañeros.

 

  Sin embargo, si nos conseguimos centrar en competir solo contra nosotros mismos, habremos ganado sin habernos dado cuenta. Disfrutar subiendo puertos que antes no imaginabas poder subir, disfrutar de las vistas y paisajes que nos ofrece este maravilloso deporte o saborear sin remordimientos los desayunos de las paradas técnicas pertinentes de cada ruta. Si consigues eso… Créeme, habrás ganado.

  Otro ejemplo es aquel que se cuelga un dorsal, el que siente la competición de un modo más intenso ya sea en marchas cicloturistas, en pruebas populares o en cualquier otro evento que requiera de dorsal y de la magia que eso conlleva. En ese caso, el consejo es el mismo, una preparación dirigida a ser mejor que ayer, a no obsesionarte con las clasificaciones pero si con tu mejora. Entrenamientos planificados, una alimentación correcta y equilibrada o un descanso productivo, serán la clave del éxito.

  Si te centras en completar tus entrenamientos, en no dejar ni una sola serie por el camino, en comer y descansar como nos recomiendan los expertos en la materia, irás viendo una evolución increíble que además te inyectará motivación extra. Si tu prueba va a ser larga, si va a ser corta pero muy intensa o incluso si es tu primera vez con un dorsal… Que no se te olvide, el objetivo está claro. Gánate a ti mismo, ¡Sé mejor que ayer!